martes, septiembre 30, 2008

La noche que no dormí...

La noche que todos mis bolis se quedaron sin tinta
hice poesía muda...
La noche que todos mis sueños estaban por cumplirse
hice este blog...











domingo, septiembre 07, 2008

Cuantas veces ha ocurrido igual...

Ahí está. Tumbado en la cama. Cuantas veces ha ocurrido igual. Ella se ha despertado antes. Se viste mientras mira el cuerpo desnudo de él. Se ha hecho de día entre besos. Cuantas veces ha ocurrido igual. Ella, ya vestida, duda si despertarle o dejarle dormir un rato más. Le da unos minutos más mientas prepara el café. Vuelve a mirarle. Aún con los parpados cerrados mira la misma imagen. Él bosteza. Abre los ojos. Se pone el pantalón. La mira. Cuantas veces ha ocurrido igual. Le da un beso en la mejilla. Se toman juntos el café. Sabe a madrugada. El reloj marca las ocho. Se visten rápidamente. Abren la puerta. Bajan los dos pisos de escalera deseando que llegue el momento de volver a subirlas, de noche, otra vez juntos. Abren el portal. El beso del portal. Ella cruza la calle. Él se da un segundo para mirarla y se marcha a la boca del metro. Cuantas veces ha ocurrido igual.

Ahí está, tumbada en la cama. Cuantas veces ha ocurrido igual. El permanece quieto. Con los ojos cerrados. Siente como ella se levanta y se viste. El silencio de los cinco minutos mientras ella duda en despertarle. Sabe que no lo hará, que preparará el café. Ya oye las tazas... la cafetera... Él bosteza. Abre los ojos. No hay nadie. Las tazas no tienen café caliente. Cuantas veces ha ocurrido igual. Se pone el pantalón. Se prepara el café. El reloj marca las ocho. Se viste. Abre la puerta. Baja los dos pisos de escalera. Abre el portal. Mira al otro lado de la calle. Cierra los ojos. Ahí está. Ella, cruzando la calle con las maletas. Él se da in segundo para verla marchar por última vez. Cuantas veces ha ocurrido igual.


miércoles, septiembre 03, 2008

hace...

Mi espalda
guarda tu tacto
desde la madrugada
en la que tus manos
hablaron.

martes, septiembre 02, 2008

Antología

Tontería mía
la de ir sustituyéndote
por otros besos,
por otros abrazos,
por otros nombres
que siguen recordándome
el tuyo
sin ser tú,
sin ser tus besos,
sin ser tus abrazos.